A Lupita le Gustaba Planchar

Laura Esquivel

Páginas: 208

Editorial: SUMA

ISBN: 9788483656662

 

«¿Había dos Lupitas?, ¿una sobria y otra peda?»

Hay personas a las que les sucede de todo.  Esa es la verdadera vulnerabilidad… como a Lupita, una policía de la Delegación Iztapalapa que ha pasado por la cárcel, por las drogas, el alcoholismo, por la infidelidad, por el fallecimiento de un hijo, por la violación.

En este medio salvaje, Lupita no tiene más opción que hacerse salvaje también.

Amé “Como Agua para Chocolate” y por eso no dudé cuando oí hablar de este libro.  “A Lupita le Gustaba Planchar” recupera mucho de la vida cotidiana de México.

Un día cercano a la Semana Santa, fiesta importantísima en la Delegación Iztapalapa, matan al licenciado Larrea, jefe delegacional.  Lupita, considerada única testigo del crimen, se convierte en sospechosa y en un peligro para los verdaderos causantes del asesinato.  A partir de ese día que nunca olvidará, Lupita va descubriendo algo que de una manera sabía: en ese México en el que ella vive, ni las personas que parecieran más limpias se salvan de la corrupción.

Con la libertad que da el ser la autora, Laura Esquivel intercala en el relato textos aparentemente inconexos sobre leyendas y ritos de los aztecas que habitaban Tenochtitlán, lugar donde luego se fundara la Ciudad de México.  Resulta así inevitable reflexionar sobre cómo el México prehispánico nos determina al punto incluso de hacernos dudar sobre nuestra posibilidad del cambio real.

Con humor y sátira, Laura Esquivel retrata en Lupita a muchas mujeres.  Lupita es Iztapalapa, con toda su densidad poblacional; Lupita es también México.

DE NO OLVIDAR…*

“No había forma de que triunfara en algo. Todo parecía estar en su contra. ¿Qué habría pasado en su vida si su estatura en lugar de ser de 1.50 mts. fuera de 1.80? Tal vez sería policía de las que atienden a turistas en la Zona Rosa. ¿Y si en lugar de pesar setenta y tres kilos pesara cincuenta y cinco? Tal vez sería edecán en el programa televisivo de Chabelo. ¿Y si hubiera pasado el examen para cursar la preparatoria dentro del Departamento de Policía? ¿Y si su padrastro no la hubiera violado? ¿Y si su marido no le hubiera propinado tantas golpizas? ¿Qué tipo de vida tendría ahora? Otra, definitivamente otra”. (274)

“En esos tiempos no quiso a nadie, ni hombre ni mujer ni perro ni taco ni torta alguna”. (570)

“El que uno deje de ver algo o a alguien no significa que el objeto observado haya desaparecido por completo. A veces uno está y a veces no está. Para Lupita era un fenómeno parecido al de las borracheras”. (804)

“Ese día Lupita, en vez de hacer la visita a las siete casas, se dedicó a visitar siete cantinas para pedir en cada una de ellas que el Cristo en la cruz la ayudara a dejar de beber”. (832)

* los números en paréntesis corresponden a la ubicación en Kindle.

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